EILEN JORGE

Artista Visual

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Soy Eilen Jorge, artista visual nacida en República Dominicana. Desde muy temprana edad sentí una fuerte atracción por el arte. Recuerdo con claridad la emoción que provocó en mi ver a mi hermano dibujar en un papel lo que observaban sus ojos; Este momento fue sin duda revelador, que despertó en mí una profunda curiosidad por ese poder fascinante que, en aquel entonces, me resultaba casi inexplicable. Mis padres no tardaron en notar ese impulso apasionado que ocupaba gran parte de mi tiempo, y decidieron apoyarlo llevándome a talleres de dibujo desde los cuatro años.

Continué formándome a través de clases de dibujo y pintura hasta que, años más tarde, decidí estudiar la carrera de Publicidad, en la que me gradué con el honor Cum Laude. Posteriormente, cursé la carrera de Artes Plásticas, mención Pintura, en el Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA) en Santo Domingo.

Más adelante, me trasladé a Buenos Aires, Argentina, donde encontré nuevas perspectivas y una ciudad profundamente conectada con el arte. Allí continué mi formación en Artes Visuales, profundizando en pintura, dibujo, fotografía y diseño de interiores, lo que enriqueció de forma decisiva mi lenguaje artístico.

Sobre mi obra

La carga cromática en mis obras revela la energía que deseo transmitir desde las emociones más recónditas que habitan en mí, y que, a la vez, percibo del mundo que me rodea. Trabajo constantemente en representar la belleza de lo simple: esa versión pura y ligera, despojada de artificio, que, desde mi mirada, muestra lo que somos cuando estamos conectados profundamente con el alma.

Las emociones son el motor principal de mi práctica artística. No busco representarlas de forma literal, sino permitir que se manifiesten a través del color, la forma y el ritmo visual de cada obra. Mi trabajo intenta abrir espacios donde el espectador no solo observe, sino también sienta, y tal vez reconozca en la imagen algo de sí mismo. Pinto para traducir aquello que no siempre puede decirse con palabras, pero que habita en lo profundo de la experiencia humana.​

El tiempo está también muy presente en mis obras, pues mi inquietud con la teoría del tiempo me lleva a analizar que no se trata únicamente de una línea cronológica que avanza, sino de una experiencia subjetiva que se activa con la conciencia. Las memorias más significativas de mi infancia no responden a grandes eventos, sino a momentos simples en los que, de forma intuitiva, comprendí que algo merecía ser recordado. Como si mi subconsciente supiera que ese instante marcaría algo en mí, lo grababa para que, en el futuro, pudiera volver a vivirlo.

En el arte encuentro una forma de replicar esa experiencia. Aunque el tiempo no se detiene, en el proceso creativo pierde su urgencia. Solo existe el acto de crear, y en él encuentro una manera auténtica de estar presente, de hacer visible lo intangible, y de convertir la emoción en forma, color y pensamiento.

En cuanto a la técnica, trabajo regularmente con pintura acrílica sobre lienzo, pero me interesa expandir los límites del soporte tradicional. He desarrollado colecciones sobre madera, trabajado con resina, roble, metales y superficies como el plexiglas. La exploración material es una parte vital de mi proceso: me mantiene en movimiento, evita que la rutina se imponga y abre nuevas posibilidades expresivas. Mantenerme en constante experimentación no es solo una elección estética, sino también una forma de vida.